De todos los Orisas, Esu, a menudo conocido como Elegba (Elegüá o Elegbara) por ser el nombre reconocido con más facilidad en el Nuevo Mundo. Él es uno de los más inteligentes y complejos Orisas del Panteón. En esta parte del mundo que he mencionado se le reconocen 21 personalidades o caminos separados y diferentes (en Yoruba es uno solo). Esu es el guardián del Asé, que es la fuerza vital necesaria para la transformación o el cambio. 

 Esu es también el Mensajero Divino porque es Él el que transporta las oraciones, ‘peticiones’, Adimu y los sacrificios a los Orisas. Es Él el Divino Mensajero porque es el traductor de todos los idiomas y lenguas en que se ofrece oración y sacrificio. Él traduce nuestro lenguaje hablado en el lenguaje espiritual de los Orisas. Esu es el ‘Ejecutor’ porque es él quien administra el castigo. Cuando se rompen los pactos o acuerdos, cuando se rompen los tabúes, cuando se ofende a un antepasado, cuando se hace un mal uso o abuso de los rituales, ¡Esu es el “Ejecutor” que manda hacer lo correcto!

Esu adopta el papel de Estafador o Embustero en el Panteón Yoruba y también el de Guardián de las Encrucijadas. Como “El Estafador”, Esu puede causar el caos y la confusión. Puede volver al marido contra la mujer, al padre contra el hijo y convertir a los amigos en enemigos. Como ‘El Estafador’, puede hacer que una persona persevere y alcance la cima para hacerla caer después por una acción estúpida o de falta de juicio. Como “Guardián de las Encrucijadas”, se sienta y te ofrece varios caminos a elegir. Él te permite hacer la elección. Tu decisión te lleva directamente a tu futuro… Esú / Elegba guarda la puerta del futuro y de las oportunidades futuras.

 En el país Yoruba uno de los nombres de alabanza que Esu recibe es Esu Ona o Esuona, “el fabricante de caminos”.  Se llama ‘El fabricante de caminos’ porque él abre el camino para que tú viajes por él. Él es tanto el viajante como el mensajero gracias a su habilidad para cruzar la frontera que separa el reino de la tierra del reino del cielo. Él transporta consigo los sacrificios que los hombres hacen a las fuerzas a quienes están destinados.

 Los Yorubas creen que se debe apaciguar primero a Esu o si no, éste es capaz de entorpecer o desviar las oraciones, ofrendas, sacrificios y rituales.

A Esu le gusta el aceite de palma rojo, la manteca Shea, maíz, las nueces de cola, ginebra, patatas fritas, frutas de todo tipo, nueces, guisantes de ‘ojo negro’ o frijol de caritas, harina de maíz, bolas de masa hervida y arenque o pescado ahumado.

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